miércoles, 2 de abril de 2014

UN PEQUEÑO CUENTO SIN TRASCENDENCIA









UN PEQUEÑO CUENTO SIN TRASCENDENCIA





Acomodada en el sillón, miraba a través del ventanal sin ver.

Mis pensamientos se habían perdido en un bosque

de oro… El otoño había llegado en puntas de pie

y me sorprendía a puro color.

En ese casi ensueño caminaba, descalza, sobre un crujiente 
colchón de hojas amarillas que teñían de dorado mis pies al
 tibio rayo del sol.

Los pájaros ensayaban una sinfonía frenética

y desafinada que el bosque parecía recibir con placer.

El aroma particular que se levantaba de la tierra húmeda

lo impregnaba todo. Caminaba y respiraba lenta

y profundamente a sabiendas de que no estaba en mi hábitat

natural… caminaba lentamente y el goce del momento era

infinito.

Nada parecía faltarle a ese momento perfecto.

De repente, vi brillar algo semioculto en la hojarasca.

Detuve el paso, me incliné y extendí la mano hacia el  objeto

que se asomaba  descubriendo, casi de mala gana, su existencia. 
Muchas preguntas surgieron cuando lo tuve entre mis dedos….


Otra mujer había transitado ese camino…



- "¡Muchacha, te has quedado dormida frente al ventanal!

Vamos, despierta, despierta, el té está servido”, apuraba mi
 tía desde el comedor

.

Los párpados se negaban, la mente también, el cuerpo… ¡ni hablar! 
¡Me había quedado dormida y no quería salir del sueño!



La voz de mi tía urgía:

- “¡Vamos, vamos, que se enfría!”



Haciendo un esfuerzo, abrí los ojos y lentamente comencé, a 
levantarme del sillón en el que me había repantigado un rato antes.

Al incorporarme, algo se deslizó de mi mano y cayó, mudo, sobre la 
alfombra...

Miré, curiosa. ¡Evidentemente no terminaba de despertar!

Grande fue mi sorpresa cuando mis ojos se acomodaron sobre el objeto…
¡Era el mismo que había levantado en el sueño!



Entonces veo a la tía que, rauda, se acercaba para llevarme al comedor
 como fuera:
_ “¡Ay, pero qué hermosa pulsera! ¿Cuándo la compraste? ¡No me la habías
 mostrado! Claro, ya no somos compinches como cuando eras adolescente.

¡Ay, ay, esta juventud cada día ignora más a la familia, esta sociedad está
perdida!!!”




























 






 Madera negra y metal plateado para este espléndido y exclusivísimo
conjunto de collar y pulsera.
Es mucho más bonito que en las fotos.





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